En cuanto a la prevalencia de este fenómeno por género, las mujeres son ligeramente más afectadas que los hombres:18 de cada 100 mujeres que son usuarias de internet entre los 12 y 59 años sufren ciberacoso; este indicador es 16 por cada 100 para el caso de los hombres.
La brecha no parece abrumadora a simple vista; sin embargo, un asomo más detallado muestra que 31 de cada 100 mujeres reciben insinuaciones o propuestas sexuales a través de estas tecnologías; en contraste, 13 de cada 100 hombres son agredidos de esta manera. En cuanto a la recepción de fotos y videos con contenido sexual, la incidencia en mujeres equivale a 24% contra 15% de los hombres.
Destaca que los principales perpetradores del cyberbullying son los hombres ya que del total de mujeres entre los 12 y 59 años que son usuarias de internet y que conocen el sexo de su agresión, 64% declaró que era hombre, mientras que 72% de los hombres declaró que el sexo de su agresor era masculino.
Existen, por un lado, acciones unilaterales para minimizar el fenómeno del ciberacoso las cuales consisten en nunca responder a números desconocidos, tomar screenshoots de conversaciones para mantener registro de los ataques, bloquear y reportar, hablar con autoridades y familiares sobre el ciberacoso sufrido, reportarlo con autoridades, mantener los ajustes de privacidad en redes sociales en el nivel más elevado posible, así como buscar intermediación de alguna autoridad.
En el aspecto jurídico, en México existe legislación penal local contra el ciberacoso a la cual se puede acudir. Destacan las reformas al Código Penal del Estado de Puebla que ayudaron a tipificar el delito de ciberacoso, además de establecer castigos de once meses a tres años de prisión contra quien lo cometa[6].
A su vez, en 14 entidades federativas (recientemente en la Ciudad de México) se han aprobado reformas con el objeto de castigar penalmente a quienes graben, filmen o elaboren fotos, audios o video de naturaleza sexual sin el consentimiento de la persona.
La explosión en el uso y aprovechamiento de las TIC abre horizontes nuevos en campos como el educativo, de la salud, y la libre expresión por mencionar a algunos. Desgraciadamente, el mundo digital es, a la vez, un espejo de problemáticas sociales como el acoso.
La promoción de medidas unilaterales para protegerse del ciberbullying y la legislación penal para combatirlo son estrategias deseables que deben estar acompañadas, dada las características del fenómeno, de un enfoque en poblaciones de mujeres jóvenes en regiones como el Bajío y el Golfo. |
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