Breve introducción al malware



Imagen: Zdzisław Beksiński


Por Víctor Ruiz, fundador de SILIKN, Instructor Certificado en Ciberseguridad — CSCT™, (ISC)² Certified in Cybersecurity℠ CC, EC-Council Ethical Hacking Essentials (EHE) Certified, Ethical Hacking Certified Associate (EHCA) y líder del Capítulo Querétaro de la Fundación OWASP.




El malware es un término que proviene de la combinación de las palabras "malicious" (malicioso) y "software" (software), y se refiere a cualquier tipo de software diseñado con intenciones maliciosas o dañinas para afectar a sistemas informáticos, redes, dispositivos y usuarios. El malware es creado con el propósito de infiltrarse en un sistema, robar información, causar daños, realizar acciones no autorizadas o realizar actividades ilegales.




Existen diversas formas de malware, cada una con sus propias características y métodos de propagación. Algunos ejemplos comunes de malware incluyen:




Virus: Es un tipo de malware que infecta otros archivos o programas y se propaga cuando se ejecutan esos archivos infectados.




Gusano (Worm): Se propaga a través de redes y sistemas, replicándose automáticamente y enviándose a otros dispositivos sin necesidad de intervención humana.




Troyano (Trojan): Se presenta como un software legítimo, pero oculta un código malicioso en su interior que puede dañar o robar información del sistema.




Ransomware: Bloquea el acceso del usuario a sus propios archivos o sistema hasta que se pague un rescate.




Spyware: Monitoriza y recopila información de la actividad del usuario sin su conocimiento, como contraseñas, datos personales o hábitos de navegación.




Adware: Muestra anuncios no deseados, generalmente para generar ingresos a los creadores del malware.




Botnet: Utiliza múltiples dispositivos infectados para llevar a cabo ataques coordinados, como ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS).




El malware puede propagarse a través de diversos medios, como correos electrónicos de phishing, descargas de software no confiable, sitios web comprometidos o dispositivos USB infectados, entre otros.




El malware puede ingresar a los sistemas informáticos de diversas formas, y los delincuentes cibernéticos suelen utilizar múltiples técnicas para lograrlo. Algunas de las formas más comunes en las que el malware entra a los sistemas son las siguientes:




Archivos adjuntos de correo electrónico: Los correos electrónicos de phishing o correos no solicitados pueden contener archivos adjuntos maliciosos que, una vez descargados y ejecutados, infectan el sistema.




Enlaces maliciosos: Los enlaces en correos electrónicos, mensajes instantáneos o incluso sitios web pueden dirigir a los usuarios a páginas infectadas que descargan automáticamente el malware en sus sistemas.




Descargas de software no confiable: Descargar software de fuentes no verificadas o sitios web ilegítimos puede llevar a la instalación inadvertida de malware en el sistema.




Sitios web comprometidos: Los piratas informáticos pueden comprometer sitios web legítimos e insertar código malicioso que se descargará en los navegadores de los visitantes sin que estos se den cuenta.




Dispositivos USB infectados: Los dispositivos USB infectados pueden propagar malware cuando se conectan a un sistema y se ejecuta el contenido malicioso automáticamente.




Vulnerabilidades de software: Si el sistema operativo o las aplicaciones instaladas no están actualizados con las últimas correcciones de seguridad, los delincuentes pueden aprovechar las vulnerabilidades para infiltrarse con malware.




Ingeniería social: Los atacantes pueden utilizar técnicas de ingeniería social para engañar a los usuarios y hacer que descarguen o ejecuten malware voluntariamente.




Mensajes de chat y redes sociales: Los enlaces maliciosos o archivos adjuntos pueden enviarse a través de servicios de chat o redes sociales, intentando engañar a los usuarios para que hagan clic o descarguen el contenido.




Descargas de archivos P2P (peer-to-peer): Al descargar archivos de redes P2P, los usuarios pueden estar expuestos a malware oculto en el contenido compartido.




Publicidad maliciosa (malvertising): Algunos anuncios en línea pueden contener scripts maliciosos que, cuando se hacen clic, descargan malware en el sistema.




El malware puede tener varios componentes que trabajan juntos para lograr sus objetivos maliciosos. Los componentes principales del malware suelen incluir los siguientes:




Carga útil (Payload): Es la parte central del malware, que contiene el código malicioso responsable de ejecutar las acciones específicas que el creador del malware desea llevar a cabo. La carga útil puede variar según el tipo de malware y sus objetivos, como robar información, dañar archivos o propagarse a otros sistemas.




Propagación (Propagation): Algunos tipos de malware están diseñados para propagarse a otros sistemas o dispositivos, lo que les permite infectar una amplia gama de objetivos. Para lograr esto, pueden utilizar diferentes métodos, como enviar copias de sí mismos por correo electrónico, aprovechar vulnerabilidades en sistemas conectados o utilizar redes P2P (peer-to-peer).




Mecanismos de persistencia: Para garantizar que el malware permanezca en el sistema infectado el mayor tiempo posible y resista los intentos de eliminación, muchos tipos de malware implementan mecanismos de persistencia. Estos mecanismos pueden incluir la creación de entradas de registro, agregarse a la lista de programas de inicio o manipular archivos del sistema.




Encubrimiento y evasión: El malware suele intentar ocultar su presencia para evitar ser detectado por el software antivirus y otras herramientas de seguridad. Para ello, puede utilizar técnicas de ofuscación para ocultar su código o comportamiento, o incluso intentar deshabilitar o eludir el software de seguridad instalado en el sistema.




Comunicación con el atacante: Algunos tipos de malware están diseñados para establecer una comunicación con el atacante o con un servidor de comando y control (C&C). Esto permite que el atacante controle el malware, envíe comandos o recopile información de la máquina infectada.




Funciones específicas: Dependiendo de los objetivos del atacante, el malware puede tener funciones específicas, como robar contraseñas, capturar información personal, tomar capturas de pantalla, grabar audio o video, cifrar archivos para el ransomware y muchas otras acciones maliciosas.




Para protegerse contra el malware y reducir el riesgo de infección, es importante implementar una serie de contramedidas y prácticas de seguridad cibernética. Aquí están algunas de las contramedidas principales para evitar el malware:




Utilizar un software antivirus y antimalware actualizado: Instalar y mantener actualizado un software de seguridad confiable es una medida fundamental para detectar y eliminar el malware en tiempo real. Asegúrate de que las definiciones de virus estén actualizadas para protegerte contra las últimas amenazas.




Mantener el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas: Los desarrolladores lanzan regularmente actualizaciones y parches para corregir vulnerabilidades de seguridad. Asegúrate de instalar las actualizaciones más recientes para proteger tu sistema contra posibles explotaciones de vulnerabilidades.




Descargar software de fuentes confiables: Evita descargar aplicaciones o software de fuentes no verificadas o sitios web sospechosos. Utiliza tiendas de aplicaciones oficiales y sitios web legítimos para obtener software seguro.




Practicar la navegación segura: Ten cuidado al hacer clic en enlaces en correos electrónicos, mensajes o sitios web. Verifica siempre la autenticidad de los remitentes antes de descargar archivos o hacer clic en enlaces.




Habilitar cortafuegos y filtrado de contenido: Configura cortafuegos en tu red y utiliza filtros de contenido para bloquear el acceso a sitios web maliciosos o no seguros.




No abrir archivos adjuntos desconocidos: Evita abrir archivos adjuntos en correos electrónicos o mensajes que provengan de fuentes desconocidas o no solicitadas.




Utilizar autenticación de dos factores (2FA): Habilita la autenticación de dos factores siempre que sea posible. Esto agrega una capa adicional de seguridad al requerir una segunda forma de verificación para acceder a cuentas o sistemas.




Educación y concientización: Capacita a los usuarios sobre prácticas de seguridad cibernética y la identificación de correos electrónicos de phishing, enlaces maliciosos y otras tácticas utilizadas por los atacantes.




Hacer copias de seguridad regulares: Realiza copias de seguridad periódicas de tus datos importantes y almacénalas en un lugar seguro. En caso de infección, tener copias de seguridad actualizadas puede evitar la pérdida total de datos.




Desconfiar de las alertas falsas: Algunos ataques de malware intentan asustar a los usuarios mostrando alertas falsas sobre infecciones o problemas en el sistema. Si recibes una alerta inesperada, verifica su autenticidad antes de tomar alguna acción.




Recuerda que ningún enfoque es completamente infalible, pero al combinar estas contramedidas y mantenerse vigilante, puedes mejorar significativamente la seguridad de tus sistemas y dispositivos contra el malware.




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