¿Qué podemos hacer para reducir nuestra tendencia a creer en noticias falsas?


Imagen: Zdzisław Beksiński


Por Víctor Ruiz, fundador de SILIKN, Instructor Certificado en Ciberseguridad (CSCT™), (ISC)² Certified in Cybersecurity℠ (CC), EC-Council Ethical Hacking Essentials (EHE) Certified, EC-Council Certified Cybersecurity Technician (CCT), Ethical Hacking Certified Associate (EHCA) y líder del Capítulo Querétaro de la Fundación OWASP.

Las “fake news” o noticias falsas son informaciones engañosas o completamente fabricadas que se difunden con la intención de manipular la opinión pública, generar confusión o desinformar. Estas noticias suelen aprovecharse de titulares sensacionalistas, contenido exagerado o distorsionado, y a menudo carecen de objetividad.

Las fake news pueden propagarse a través de diversos medios, como redes sociales, sitios web no confiables o incluso medios de comunicación convencionales que no verifican adecuadamente la información antes de publicarla. La proliferación de noticias falsas ha llevado a una creciente preocupación sobre la confiabilidad de la información en la era digital y destaca la importancia de verificar la autenticidad de las fuentes antes de creer y compartir noticias.

Un punto importante, es la relación que tienen las noticias falsas, con la ingeniería social, pues ésta radica en su capacidad conjunta para manipular la percepción y el comportamiento de las personas. La ingeniería social puede ser utilizada para obtener información y crear contenido falso, mientras que las fake news se valen de tácticas engañosas para difundir información falsa, a menudo amplificando su impacto a través de plataformas sociales. Ambos fenómenos comparten el objetivo de influir en la opinión pública y pueden estar interconectados, exacerbando la propagación de desinformación.

Pero ¿es posible que las podamos identificar? ¿Alguna vez te has dejado llevar por un encabezado atractivo y no te has molestado en investigar la noticia en profundidad?

Es posible que hayas compartido una noticia llamativa o hayas interactuado con una publicación convincente, solo para darte cuenta más tarde de que lo que parecía ser verdad era, de hecho, una mentira hábilmente construida.

Si esto te ha sucedido, no está solo. De hecho, hasta a los usuarios más astutos les puede resultar complicado discernir entre la realidad y la ficción cuando consultan información en línea.

Ahora, ya que la desinformación se refiere a información falsa o engañosa que se difunde con la intención de crear confusión, socavar la confianza o promover una agenda particular, puede adoptar muchas formas, como artículos de noticias falsos, imágenes o videos manipulados, publicaciones engañosas en las redes sociales y más.

A menudo se utiliza como herramienta de manipulación política, propaganda, difamación e incluso estafas financieras y puede moldear la opinión pública, influir en las elecciones, incitar malestar social y destruir la confianza en las instituciones y los medios de comunicación.

Pero ¿por qué es tan fácil caer en las noticias falsas?

Las personas, en ocasiones, pueden carecer de conocimientos suficientes o ignorar sus conocimientos previos al evaluar información. Existe una mayor probabilidad de que crean en noticias familiares, es decir, aquellas que han encontrado previamente, cuando se presentan nuevamente. Además, las personas tienden a confiar más en la información proveniente de fuentes que perciben como creíbles, y los comentarios en plataformas de redes sociales también influyen en la credibilidad percibida del contenido noticioso.

Con frecuencia, las noticias falsas buscan generar impacto emocional, ya sea provocando conmoción, miedo, ira o indignación moral. Aquellas personas que experimentan emociones más intensas, tanto positivas como negativas, tienden a ser más propensas a creer en la veracidad de estas noticias engañosas. Es crucial destacar que compartir noticias falsas no necesariamente implica que la persona que las comparte las crea.

Es relevante destacar que el veloz avance de la inteligencia artificial (IA) ha añadido una capa adicional de complejidad. La IA ha logrado crear imágenes, videos y textos con un nivel de sofisticación tan elevado que resulta cada vez más desafiante para los usuarios comunes distinguir entre contenido auténtico y falso.

¿Quiénes son más vulnerables? En contra de lo que comúnmente se piensa, se ha identificado que aquellos individuos que pasan más tiempo en actividades recreativas en línea tienen una menor probabilidad de discernir entre noticias auténticas y noticias falsas.

Lo anterior contradice las percepciones comunes sobre la propagación de información incorrecta en línea, que sugieren que los ‘boomers’ o las personas de la tercera edad, menos familiarizados con la tecnología, son los más propensos a ser engañados por noticias falsas. También se ha identificado que aquellos que buscan noticias en las redes sociales, especialmente los adultos jóvenes, tienen una mayor propensión a creer en noticias falsas.

¿Qué se puede hacer al respecto?

Lamentablemente, no hay una solución única que aborde eficazmente la desinformación, pero hay medidas que las personas pueden adoptar para protegerse y, por ende, reducir su difusión.

En principio las personas pueden resguardarse de las noticias falsas y la desinformación al seguir a una variedad de individuos y considerar diversas perspectivas, pues depender de un reducido conjunto de fuentes de noticias que compartan opiniones similares restringe la diversidad de información accesible y eleva el riesgo de caer en engaños o rumores falsos. Aunque no es completamente infalible, este enfoque incrementa las posibilidades de exponerse a perspectivas variadas y equilibradas.

También, es crucial que los lectores mantengan un enfoque escéptico y evalúen de manera crítica las fuentes de información. Los consumidores de noticias deben mantener una actitud cautelosa, reconociendo que no todo lo que leen es preciso, y que muchos sitios digitales se especializan en difundir noticias falsas. Aprender a evaluar la credibilidad de los sitios de noticias y protegerse de la información inexacta se ha convertido en una prioridad crucial en la actualidad.

Para protegernos contra las noticias falsas, es esencial diversificar nuestras fuentes de información, mantener un enfoque crítico y escéptico, evaluar la credibilidad de las fuentes, y ser conscientes de los titulares sensacionalistas. Además, es fundamental educarse sobre cómo discernir la información precisa en la era digital.

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