El Impacto de las vulnerabilidades Zero-Day


Imagen: Zdzisław Beksiński


Por Víctor Ruiz, fundador de SILIKN, Instructor Certificado en Ciberseguridad (CSCT™), (ISC)² Certified in Cybersecurity℠ (CC), EC-Council Ethical Hacking Essentials (EHE) Certified, EC-Council Certified Cybersecurity Technician (CCT), Ethical Hacking Certified Associate (EHCA), Cisco Ethical Hacker y líder del Capítulo Querétaro de la Fundación OWASP.

Los ataques que aprovechan vulnerabilidades de tipo zero-day, es decir, aquellas que acaban de ser descubiertas y aún no cuentan con un parche de seguridad, representan una de las mayores amenazas en el ámbito de la ciberseguridad. Estas brechas son particularmente peligrosas porque los ciberdelincuentes pueden explotarlas antes de que los desarrolladores tengan la oportunidad de solucionarlas, dejando a los usuarios vulnerables.

En lo que va del año 2024, Google ha tenido que abordar múltiples vulnerabilidades zero-day en Chrome que estaban siendo activamente explotadas. Este hecho refleja una tendencia creciente: en 2022 se identificaron 55 fallos zero-day, lo que triplica la cifra registrada en 2020. Además, casi un tercio de estos ataques se dirigieron a productos de proveedores diferentes al original.

Las vulnerabilidades zero-day pueden causar daños significativos si afectan a software de uso generalizado, como sistemas operativos populares o aplicaciones ampliamente utilizadas. Un ejemplo de esto fue el ataque WannaCry en 2017, que explotó una vulnerabilidad zero-day en el protocolo SMB de Windows para distribuir ransomware a nivel mundial.

Hasta que no se publique un parche, los ciberdelincuentes tienen la oportunidad de comprometer sistemas, instalar malware, robar datos o alterar servicios. Este proceso puede durar desde días hasta años. Por esta razón, los ataques zero-day son extremadamente lucrativos para los atacantes, quienes buscan ocultar sus acciones y aprovechar la facilidad de explotación.

Algunos ejemplos recientes de vulnerabilidades zero-day que han afectado a México incluyen:

- En enero de 2024, Google lanzó una actualización de Chrome para corregir una vulnerabilidad zero-day en el motor V8 de JavaScript que estaba siendo activamente explotada. Esta era la primera zero-day de Chrome en ese año y permitía acceder a memoria fuera de los límites legítimos, facilitando ataques de ejecución de código remoto.

- Durante 2023, Chrome fue afectado por la explotación de hasta ocho vulnerabilidades zero-day. Uno de los más usados en ataques, CVE-2023–4762, estaba relacionado con la distribución de software espía contra políticos, periodistas y disidentes.

- En 2017, el ataque WannaCry aprovechó una zero-day en el protocolo SMB de Windows para propagar un ransomware a nivel global, incluyendo a México.

Estos ejemplos ilustran el impacto significativo que pueden tener las vulnerabilidades zero-day cuando son explotadas antes de la publicación de parches, dejando a los usuarios desprotegidos. Afectan tanto a software de uso generalizado, como Chrome, como a sistemas críticos, como Windows.

La implementación rápida de parches de seguridad sigue siendo la defensa más eficaz contra la mayoría de las vulnerabilidades. Sin embargo, para las zero-day desconocidas, es esencial llevar a cabo un análisis detallado de los actores que las explotan, así como de sus objetivos y tácticas.

Además, las organizaciones deben estar listas para responder rápidamente a los incidentes. Tener un plan de acción, capacitar al personal y disponer de herramientas adecuadas de detección y respuesta puede ser determinante.

En definitiva, las vulnerabilidades zero-day representan una amenaza cada vez más frecuente, lo que obliga a usuarios y empresas a mantenerse vigilantes y a tomar medidas proactivas. Solo de esta manera se podrá evitar ser víctima de ataques con potenciales consecuencias devastadoras.

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