La urgencia de implementar las mejores prácticas del Principio del Mínimo Privilegio en el gobierno mexicano
Imagen: Zdzisław Beksiński
Por Víctor Ruiz, fundador de SILIKN, Instructor Certificado en Ciberseguridad (CSCT™), (ISC)² Certified in Cybersecurity℠ (CC), EC-Council Ethical Hacking Essentials (EHE) Certified, EC-Council Certified Cybersecurity Technician (CCT), Ethical Hacking Certified Associate (EHCA), Cisco Ethical Hacker y líder del Capítulo Querétaro de la Fundación OWASP.
El Principio del Mínimo Privilegio (PMP) ha sido un desafío significativo para el gobierno de México debido a las vulneraciones de ciberseguridad que ha sufrido en los últimos años.
La falta de una implementación efectiva del PMP en las entidades gubernamentales mexicanas ha conducido a varios problemas críticos. El acceso excesivo de usuarios a sistemas y datos, la falta de segmentación adecuada entre departamentos, la infraestructura tecnológica obsoleta, y una cultura organizacional que no respeta rigurosamente las políticas de acceso han facilitado que los atacantes exploren y comprometan sistemas sensibles. Incidentes como el hackeo de Guacamaya en 2022, han demostrado cómo estas deficiencias permiten la explotación de vulnerabilidades y la exposición de información crítica. Además, la sobrecarga administrativa al mantener el PMP también contribuye a la ineficacia en su implementación, agravando el riesgo para la seguridad nacional.
El PMP es un concepto clave en ciberseguridad y administración de sistemas, que establece que los usuarios, aplicaciones y procesos sólo deben tener los permisos o privilegios estrictamente necesarios para realizar sus tareas específicas, y nada más. Esto ayuda a minimizar el riesgo de que un error, vulnerabilidad o comportamiento malicioso pueda causar daños o comprometer un sistema completo.
Aplicar este principio tiene varios beneficios:
- Reducción del riesgo: Limitar los privilegios evita que los atacantes o el malware accedan a áreas sensibles del sistema si comprometen una cuenta o proceso con permisos mínimos.
- Mitigación de daños: Si un usuario o proceso es comprometido, el alcance del ataque estará restringido a las acciones que esos permisos permiten, reduciendo el potencial de daños más amplios.
- Cumplimiento de normativas: Muchas regulaciones de seguridad, como ISO 27001, requieren la implementación del PMP para proteger la información sensible.
Reconocemos que cada organización es única y puede necesitar adaptaciones específicas para lograr una implementación eficaz del PMP. No obstante, existen elementos clave que sirven como base para garantizar el éxito, tales como:
Comience proporcionando una definición clara del Principio del Mínimo Privilegio. Puede utilizar algo como: “Proteja su organización asegurando que tanto los sistemas como las personas solo tengan acceso a los recursos que realmente necesitan, en el momento en que los necesiten, y únicamente con las acciones necesarias para salvaguardar el negocio”. Seleccione algunos indicadores clave de desempeño (KPI) que puedan medirse, aunque no sean perfectos o estén incompletos. Por ejemplo: “Reduzca y limite el acceso permanente de lectura a información sensible a menos de 20 personas”.
Otro aspecto crucial es no hacerlo solo. Involucre a las partes interesadas clave, como los equipos de seguridad, TI, cumplimiento, ingeniería, entre otros. El objetivo principal es no solo obtener un resultado técnico, sino también fomentar una cultura basada en el principio del mínimo privilegio en toda la organización.
Asimismo, compare su situación actual con los KPI que definió para establecer una línea base. Identifique sus fortalezas y luego inicie un proceso gradual de restricción de permisos. Enfóquese en disminuir el acceso otorgado según los roles de los usuarios e incrementar el uso de acceso “justo a tiempo”.
Es esencial monitorear sus indicadores clave de rendimiento y mantener una comunicación constante con las partes interesadas y los equipos que involucró desde el inicio, así como con el liderazgo. Alcanzar y mantener el principio del mínimo privilegio no es una tarea puntual, sino un esfuerzo continuo. La cultura que comenzó a desarrollar debe ser sostenida y fortalecida a lo largo del tiempo.
Otro punto importante: no deje que la búsqueda de la perfección frene el avance. Es preferible comenzar con lo que tiene y realizar mejoras graduales, en lugar de perder tiempo intentando diseñar un programa ideal desde el principio.
Como se ha mencionado, una implementación exitosa del PMP aporta beneficios clave a toda la organización. Los equipos de seguridad reducen el riesgo de violaciones y limitan el impacto de ataques exitosos. Los equipos de cumplimiento pueden simplificar y agilizar las auditorías, ya que la gestión de accesos se convierte en un proceso continuo, lo que reduce interrupciones durante las auditorías. Los equipos de ingeniería y operaciones minimizan el riesgo de interrupciones graves, como fallos o pérdida de datos, al evitar que personal con privilegios innecesarios realice acciones no deseadas en entornos de producción. Además, evitar una violación de seguridad que alcance los titulares de los medios de comunicación es un beneficio que toda la organización puede valorar.
¿Cómo manejar la fricción que puede surgir entre los empleados cuando se les restringe el acceso bajo el PMP?
Primero, el programa debe diseñarse para minimizar o eliminar esta fricción. Si se implementa correctamente, sólo se eliminará el acceso que no era necesario en primer lugar. El mínimo privilegio no significa necesariamente menos acceso, sino asegurar que cada persona tenga los permisos adecuados cuando los necesita. Además, el programa debe facilitar un proceso ágil y seguro para otorgar acceso cuando sea necesario.
Es útil proporcionar contexto a los empleados, mostrando qué accesos tienen y cuáles realmente utilizan. Hemos trabajado con clientes cuyos equipos han solicitado menos acceso al darse cuenta de que contaban con permisos que no utilizaban. Esto es posible sólo cuando se fomenta una cultura que apoya el principio del mínimo privilegio.
¿Hay desafíos al aplicar el PMP en entornos de nube?
Los desafíos principales en estos entornos son la escala, la complejidad y el historial. Con el aumento del número de cuentas a cientos y usuarios a miles, gestionar permisos de manera granular se vuelve prácticamente imposible, incluso dentro de un solo entorno de nube. Identificar el recurso específico (por ejemplo, un depósito concreto) y los permisos específicos (como lectura/escritura) genera tantas combinaciones que el seguimiento y la asignación de accesos se vuelven complicados.
Además, muchas identidades en la nube son cuentas de servicio, como identidades no humanas asociadas a usuarios, APIs y otros sistemas. La complejidad aumenta en entornos multicloud, especialmente si el acceso se gestiona a través de las interfaces nativas de cada proveedor de nube.
¿Qué papel tendrán la Inteligencia Artificial y el aprendizaje automático en el futuro de la implementación del PMP?
Ambas tecnologías desempeñarán roles cruciales. La Inteligencia Artificial puede ser utilizada para identificar riesgos al observar y resaltar patrones de acceso inusuales. Estas irregularidades pueden basarse en diversos factores, como el rol del usuario, el tipo de acceso o el método de aprobación. Detectar y priorizar riesgos potenciales es esencial en la aplicación del PMP, y el aprendizaje automático es una herramienta valiosa para este propósito.
Además, la Inteligencia Artificial contribuirá a la remediación y prevención de problemas. Analizar y resumir datos contextuales para sugerir acciones recomendadas es un área donde la Inteligencia Artificial puede ser especialmente útil, ayudando a enfrentar los desafíos de escala que enfrentan los equipos de seguridad con recursos limitados en organizaciones grandes y complejas.
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