Por qué los ciberataques afectan a todos en la empresa y castigar a los empleados no es la solución


Imagen: Zdzisław Beksiński



Por Víctor Ruiz, fundador de SILIKN, Instructor Certificado en Ciberseguridad (CSCT™), (ISC)² Certified in Cybersecurity℠ (CC), EC-Council Ethical Hacking Essentials (EHE) Certified, EC-Council Certified Cybersecurity Technician (CCT), Ethical Hacking Certified Associate (EHCA), Cisco Ethical Hacker & Cisco Cybersecurity Analyst y líder del Capítulo Querétaro de la Fundación OWASP.

Las empresas enfrentan hoy más amenazas que nunca para garantizar la continuidad de sus operaciones. Entre ellas, los ciberataques han emergido como la principal causa de pérdida de datos e interrupción de los sistemas de TI, representando un riesgo significativo para cualquier organización.

Más allá del daño técnico y financiero que puede causar un incidente de seguridad, existe un costo humano considerable que a menudo se pasa por alto. Esto resalta la necesidad de abordar la continuidad del negocio desde una perspectiva integral que no solo proteja la infraestructura y las operaciones, sino también a las personas. Ante esta realidad, surgen preguntas clave: ¿hasta qué punto un ciberataque afecta al personal de la empresa víctima? ¿Y qué medidas pueden tomarse para proteger a los empleados en estos escenarios?

En muchos casos, los ciberataques han llevado al despido de empleados, ya sea como consecuencia directa de una filtración de datos o por el impacto financiero del incidente, que obliga a la empresa a reducir su plantilla. A veces, los despidos se limitan a quienes se consideran responsables de la brecha de seguridad, pero en situaciones más graves, cientos de trabajadores pueden perder su empleo debido a la inestabilidad económica generada por el ataque.

Esta realidad desmiente la idea de que los ciberataques son delitos sin víctimas y que las empresas simplemente pueden recuperarse con el apoyo de sus aseguradoras. En la práctica, son las personas quienes sufren las mayores consecuencias, enfrentándose a la incertidumbre laboral, el estrés y el desgaste emocional.

El impacto psicológico en los empleados es significativo. La incertidumbre sobre la estabilidad laboral, sumada al estrés generado por la disrupción de procesos y sistemas, puede afectar la moral, la productividad y el compromiso con la empresa. Además, algunos trabajadores temen que el incidente dañe su reputación profesional, lo que agrava la ansiedad en el entorno laboral.

Para mitigar estos efectos, las empresas deben considerar el factor humano en su estrategia de continuidad del negocio. Una ciberresiliencia efectiva no solo se basa en soluciones tecnológicas, sino también en la capacitación continua del personal, la realización de simulaciones de respuesta a incidentes y una comunicación clara y efectiva en tiempos de crisis.

Dado que los ciberataques son una amenaza constante en el entorno digital, es fundamental que los empleados estén preparados para enfrentarlos. Si bien muchas empresas ya imparten formación en ciberseguridad, no todas complementan este aprendizaje con simulaciones prácticas de respuesta a incidentes.

Para que la capacitación sea efectiva, es crucial combinar teoría y práctica. No solo es importante que los empleados sepan identificar amenazas como ransomware o phishing, sino que también deben estar entrenados para responder adecuadamente en tiempo real. Simulaciones realistas permiten que el personal practique protocolos de seguridad en un entorno controlado, fortaleciendo su confianza y preparación ante situaciones críticas.

Además, la formación en ciberseguridad debe ser un proceso continuo e involucrar a toda la organización. No se trata de una responsabilidad exclusiva del departamento de TI, sino de un compromiso que debe abarcar a todos los niveles, desde la alta dirección hasta el personal operativo y de recursos humanos.

Un plan sólido de continuidad del negocio no solo debe contemplar la protección de datos y la respuesta técnica ante un ataque, sino también estrategias de comunicación efectivas. Sin directrices claras sobre cómo informar a empleados, clientes y medios de comunicación, un incidente menor puede escalar hasta convertirse en una crisis mayor.

La transparencia en la comunicación interna es fundamental para mantener la moral del equipo y evitar la propagación de rumores o pánico innecesario. Incluso en los peores escenarios, una dirección que informe con claridad y mantenga un canal abierto con su equipo puede fortalecer la confianza y la unidad dentro de la empresa.

Las amenazas cibernéticas seguirán evolucionando, pero la buena noticia es que cada vez más empresas están invirtiendo en su capacidad de respuesta ante crisis digitales. Esto no solo protege la infraestructura tecnológica, sino que también beneficia al personal, que es la primera línea de defensa contra los ataques.

Las organizaciones tienen la responsabilidad de salvaguardar a sus empleados, y la mejor manera de hacerlo es asegurándose de que toda la compañía esté capacitada, informada y preparada para afrontar cualquier incidente de ciberseguridad. Al adoptar un enfoque integral que combine tecnología, formación y comunicación efectiva, las empresas pueden minimizar el impacto de los ciberataques y fortalecer su resiliencia y garantizar la estabilidad de su equipo.

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